Rajastán


Ayer pensé mucho en Rajastán;
dejarlos a todos, a todo,
e irme a Rajastan 
a comenzar otra vida, 
aprender otro idioma, 
tocar tambores, 
morir de hambre... 
(Modo silencio activado) 
Temblaba de la emoción,
casi lloraba, a lo mejor lloré;
cada célula de mi cuerpo 
brincaba de alegría en la oficina 
por la emoción de dejarlo todo, a todos,
era tan fuerte el llamado del vértigo... 
Perdóname, perdónenme todos,
por quedarme así.

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