si alucinas

no puedes decir
que estás alucinando.
es como cuando
te matan y gritas
para que paren,
en esos instantes no gritas:
me están matando.
no sé si me explico;
si odias tampoco es bueno
que lo digas, si amas
es probable que sea malo
que lo guardes, déjalo fluir;
lo último es ser indiferente.
debes fingir que sufres
de una palabra a otra,
los poemas deberían tener
una nota que diga:
voy a fingir que estoy
sufriendo lo que escribo.
voy a fingir que estoy
hablándole a alguien
que escucha atento.
y también puede ser
que finja que estoy fingiendo
y el sufrimiento sea fingir
intentando capturar
un sentimiento que no siento,
una carga que no hace falta,
no pesa y me asalta
sobre la hoja como un gato
salta sobre una rata
la mata y se la come.
me están matando
las circunstancias de este poema.

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