Roberto Gómez Bolaños (1929 - ¿?)



Los Críticos

Superando mil obstáculos
tuve por fin ocasión
de averiguar lo que son
los críticos de espectáculos.
No son pulpos con tentáculos
ni monitos de historietas
ni productos de probetas
ni demonios ni mutantes;
mucho menos visitantes
de enigmáticos planetas.

Y bien, la pregunta es ésta:
si no es un producto mítico,
¿qué es entonces un crítico
y que aspecto manifiesta?
 ¡Ay amigos, la respuesta
boquiabierto me dejó!
Porque, lo crean o no,
los críticos son solo eso:
personas de carne y hueso
como usted y como yo.

Y los hay que tienen ya
hermanos, esposa, hijos,
primos, cuñados canijos...
y algunos hasta mamá.
(pequeñita, claro está.)
 Pero con hijos que son
motivo de admiración
desde que son mozalbetes,
cuando al romper sus juguetes
encuentran su vocación.

Con esto adquieren destreza
 para luego sacudir,
desbaratar o destruir
fácilmente cualquier pieza.
Pero, con toda franqueza,
se ha comentado de sobra
que después de la maniobra
ya existen tres o cuatro
que hasta suelen ir al teatro
para conocer la obra.

Y me han asegurado
que uno se arrepintió,
sus palabras se trago...
y falleció envenenado.
Anoche fue sepultado
y el desenlace funesto
ha puesto de manifiesto
lo que el público proyecta:
realizar una colecta
para sepultar al resto.


+


Florinda

Florinda Meza García.
Un nombre, es evidente
que rima perfectamente
con la palabra "poesía".
Buen principio, yo diría,
para iniciar el proyecto
de un poema sin defecto
y sin mácula; amén
de que el nombre es también
octosílabo perfecto.

Por si no fuera bastante,
está la palabra "linda"
para rimar con "Florinda"
en perfecta consonante.
Y de modo semejante,
sin alardes de proeza,
resulta obvio que "Meza"
a más ser apellido,
es palabra que ha servido
para rimar con "belleza".

Por tanto, sin más problemas,
la décima ya está
con la métrica que va
en semejantes poemas.
Mas, ¿por qué tantas faenas?
si para hacer poesía
en realidad bastaría
con eliminar el resto
y escribir tan solo esto:
"Florinda Meza García".


+


Yo no puedo ser poeta

Yo no puedo ser poeta.
¡Imposible! No he tenido
grandes vicios ni he sufrido
por amor de una coqueta.
la conciencia no me inquieta;
Por lo tanto ¿como puedo
pregonar que no tengo miedo
a la vida o a la muerte
o quejarme de la suerte
o negar que tengo un credo?

¡Ay, quién tuviera los ojos
del vicioso y del borracho
que ven, sin ningún empacho
poesía en los abrojos!
¿Hay belleza en los despojos
de un cadáver putrefacto?
Mucha -dirán- y al impacto
de sus palabras audaces
vomitarán varias frases.
¡Un nuevo poema abstracto!

Pero ¿mirar un pasaje
y deleitarse con ello?
¿contemplar un rostro bello,
una flor o un celaje?
¡Eso no! en el lenguaje
que hoy forma literatura,
hay que decir: “¡Qué basura!
¡Qué gas! ¡Que tuberculosis!
¡Qué Voltaje! ¡Qué psicosis!”
…. Pero Jamás: “¡Que hermosura!”

Mas yo soy bastante sano
y mi renta no es pequeña;
el amor no me desdeña
y creo en el Género Humano.
No tengo, pues , a la mano
ninguna pena concreta;
y amando la vida quieta
y la paz del corazón,
solo hoy una conclusión:
Yo no puedo ser poeta.

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