Emily Dickinson (1830 - 1886)



1764

El más triste sonido, el sonido más dulce,
El más loco sonido que se expande, ̶
Lo hacen los pájaros en primavera,
Al término exquisito de la noche.

En lo que de Marzo a Abril –
La mágica frontera
Más allá de la duda del verano,
Casi excesivo en su proximidad celeste.

Nos trae a la memoria nuestros muertos
Que paseaban tranquilos con nosotros,
Por hechizo de la separación
Convertidos cruelmente en más queridos.

Nos trae a la memoria aquello que tuvimos
Y que ahora deploramos,
Casi deseamos que esas gargantas de sirena
Se fueran y no cantaran más.

El oído puede romper un corazón humano
Tan rápido como una lanza,
Ojalá el oído no tuviera un corazón
Tan peligrosamente cerca.


609

Lejos de Casa he estado muchos Años
Y ante la Puerta ahora
A entrar yo no me atrevo, no sea que una Cara
Que nunca he visto antes

Me mire imperturbable
Y me pregunte qué hago allí –
«Solo busco una Vida que dejé,
¿seguirá por allí?»

Me incliné en el Temor –
Que Antes me demoraba –
El Instante sonó como un Océano
Y se rompió contra mi oído  ̶

Reí una desmigajada Risa
Que yo tuviera miedo de una Puerta
Yo que la Consternación había comprendido
Y jamás hice un gesto de dolor.

Ajusté el Picaporte
Mi mano con cuidado tembloroso
No fuera que la terrible Puerta
Se apartase dejándome en el Suelo –

Luego quité mis Dedos
Tan cuidadosamente como si fuera Vidrio
Me tapé los oídos, y como un Ladrón
Escapé jadeante de la Casa ̶


50

Aún no se lo he dicho a mi jardín ̶
Temo que fuera a subyugarme.
Y no tengo ahora la fuerza
Para contárselo a la abeja ̶

En la calle no lo mencionaré
Las tiendas mirarían fijamente ̶
Que alguien tan tímido ̶ ignorante
Tuviera el coraje de morir.

Las laderas no deben saberlo ̶
Por donde he vagado tanto ̶
Ni les diré a los dulces bosques
El día en que me vaya̶

Ni lo balbuciré en la mesa ̶
Ni por descuido
Insinuaré que dentro del enigma
Hoy alguien andará.

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